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Si… ¡con que Mery, eh Doug! –Dijo Tom abrazándole a él primero mientras Mery le miraba con odio. –Y Mery.. enhorabuena… por fin lograste a Doug.. me alegro por ti. –Dijo el dándole un tierno beso en la mejilla.

-Te equivocas. Dougie por fin me consiguió a mí.

-Si todas caen rendidas a mis pies en cuanto me conocen, como hiciste tú. –Le dijo su nuevo novio guiñándole un ojo.



Ella puso cara de enojada. Retiró su mano de la de Doug y se cruzó de brazos, enfadada mientras miraba a Tom, como si tuviera el las culpas. Él puso cara de pícaro. Abrazó de lado la cintura de la chica, mientras le daba un tierno beso en el cuello. La cara de Mery se ablandeció, mientras se dejaba ganas y abrazaba de nuevo al rubio por el cuello y le plantaba un beso con entusiasmo.



-Te quiero muchísimo, Mery. –Dijo el bajista juntando su frente con la de Mery.

-Yo muchísimo más, créeme. –Contestó ella volviendo a cobrar el beso.







Danny, con la mayor pereza del mundo, se había echado sobre el sofá del estudio. Los demás se encontraban a unos metros de el, mientras reían por ningún motivo lógico… iban un pocos bebidos, ya que habían estado celebrado “la relación de Mery y Doug”. Echó un vistazo a la pareja. Doug tenía un brazo por encima del hombro de la chica, mientras reía y hacía que sus pequeños ojos dejaran de verse. Sonrió al verlos felices. Parecían quererse de verdad.



Suspiró cansado. Cerró los ojos intentando conciliar el sueño, pero pocos minutos después, su trasero vibró y se levantó de golpe. Se había sentado sobre el móvil de Mery, ya que se notaba que era suyo por las cantidades de pegatinas que había de Bob Esponja. Mensaje nuevo. La curiosidad empezó a roerle. ¿De quién sería ese mensaje? Tal vez tuviera un admirador secreto.

No se lo pensó más. Cogió el móvil y buscó el mensaje nuevo. De Laia. No dudó ni un segundo en abrirlo, necesitaba saber lo que ponía, le era necesario.



-Espérate, ahora te informo… necesito usar el baño. –Decía el mensaje.



El pecoso se quedó pensativo, atónito ante lo que acababa de leer. Después de estar varios segundos con la mente vacía, no pudo evitarlo y se echó a reír estruendosamente. Los otros cuatros que habían estado riéndose segundos atrás se callaron y le miraron extrañados.



-¿Dé que te ríes? –Preguntó Mery alzando las cejas.

-Nada… acabo de acordarme de una cosa. –Dijo Danny intentando aguantarse y volviendo a parecer normal. Los demás volvieron a girarse despreocupados.



El móvil volvió a vibrar. Se dirigió de nuevo a los mensajes y abrió el nuevo. Tardó un poco en cargarse, pero una vez lo hubo hecho, acercó todo lo más que pudo su móvil a su cara.



-Esta bien… lo he hecho, he roto con Harry. Me dijo que amaba a Desi, y le entiendo.. lo nuestro había empezado a desaparecer poco a poco. La cuestión es que hemos quedado como amigos, buenos amigos.. y antes de eso hubo un último beso >w< -La cara de Danny cambió a decepción. –Lo malo ahora es que no se que hacer con Danny.. –Volvió a su estado normal. –No me atrevo a declararme. ¿Qué hago? ¡Contesta!



El chico se quedó paralizado. Fue alejando poco a poco el móvil de su cara, mirando a enfrente, sin pensar nada. Lo primero que hizo fue sonreír; una satisfactoria sonrisa torcida se le dibujo en la cara, cada vez aumentado de alegría. Volvió a releer una y otra vez el mensaje. Miró a Mery, quien hacía el mayor ruido que podía hacer para levantarse de la silla con pereza. Iba algo coja, de modo que casi se disloca con la silla. Puso “Responder” rápidamente mientras escribía.



-Atrévete y díselo.



Nada más apretar “Enviar”, bloqueó el móvil y lo tiró de nuevo al sofá mientras Mery intentaba acercarse, con Doug ayudándola para que no cayera.



-¿Dónde vas? –Preguntó él levantándose y cogiéndola por el otro lado.

-Quiero ir a ver a Laia…

-Te acompaño. –Añadió Danny rápidamente a lo que Doug frunció el ceño confundido.

-Ya lo iba ha hacer Doug, tranquilo.

-No no, no me molesta. –Dijo Danny mientras le pedía a facetas a Doug que le dejara ser el quien la acompañara. Al final, Doug logró entender. –Además Doug, te toca ordenar esto y tal ¿no?

-Si.. supongo. –Dijo el asintiendo y separándose de su novia mientras le daba un tierno beso en los labios. –Ya te llamo ¿vale amor?

-Está bien.. te quiero Doug.







El coche del pecoso frenó enfrente de la casa de Laia. Ya había empezado a anochecer y las luces de la casa estaban encendidas. Sintió la necesidad de entrar junto a Mery y enterarse de lo que iban ha hablar, pero no, quería esperar para ver lo que hacía.



-¿Me acompañas a la entrada? –Dijo Mery. Sin duda, estaba ebria.

-Claro. –Dijo él con ganas mientras salía del coche y la conducía hasta la puerta.



Una vez allí, a Mery le costó siglos lograr apretar el botón del timbre. No quería que lo hiciera Danny, le hacía ilusión conseguirlo por ella misma. Cuando lo hizo, no hubo forma de hacerla parar de apretar el botón, por lo que pudo oírse a la gruñona Laia desde dentro de la casa.



-¡Mery! ¡Sé que eres tú! ¡Nadie tiene esa manía de apretar el timbre así! ¡PARA YA! –Dijo mientras abría la puerta de golpe y se encontraba a su amiga con cara de tonta, boquiabierta y riéndose y a Danny quien aguantaba su peso. –Hola..



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