51.Maldito juego

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-Verd..
-Cobarde –Le interrumpió Mery, mientras se observaba las uñas con exageración.
-¡Reto! –Acabó accediendo el, poniendo cara de arrepentimiento.
Mery sonrió sin descaro. Danny había caído en la trampa que se traía la castaña entre manos, justamente donde ella quería. Todos nos acercamos hacía ella para planear el reto, pero ella nos paró con una mano.
-Tranquilos, yo ya sé perfectamente lo que proponerle.. –Nos dijo, sin apartar la vista de el.
Volvimos a nuestros sitios, todos con la curiosidad de saber que era aquello que pensaba soltarle Mery. Yo casi ni prefería saberlo. Tenía un mal presentimiento, sí, horrible viniendo de ella.
-Ok, di ya de una vez. –Le pidió Danny, poniéndose cada vez más nervioso.
-¿Enserio? –Preguntó ella con ironía, enseñándole una sonrisa pícara. –Está bien, si te hace tanta ilusión saberlo, te lo diré. Pero créeme, luego no..
-¡Mery! –Le interrumpió Tom. -¡Calla y di ya!
-¡Vale, vale, ya voy! –Cogió aire, y dirigiéndome una última mirada, soltó: -Tienes que pedirle perdón a Laia por la discusión.
-¡No! –Grité, tapándome la cara con ambas manos.
-¡Sí! –Chilló ella, dando una fuerte palmada. –Venga, dilo.
-¡Qué no Mery! –Me puse de pie rápidamente, aguantando unas puñeteras lágrimas que querían salir sin ningún motivo. -¡Deja el tema ya, joder! ¡No quiero un perdón obligado por un maldito juego! –Y seguido esto, eché a correr hacía la cocina.
Ya estaba harta de aquel problema, de aquella estupidez. Estaba cansada de que Mery estuviera metiéndose siempre por medio, tan solo para que el dijera una falsa y simple palabra.
-¿Laia? –Oí la voz de las chicas en la sala.
Levanté mi mirada. Allí estaban Alice, Camden, Desi, Gio y Mery, observándome desde la otra punta de la sala.
-¿Te encuentras bien? –Me preguntó primero Camden, acercándose a mí y buscando mi respuesta. Yo simplemente le asentí. –Es tan solo un juego, no hagas caso.
-No hago caso, pero es que no me gusta, que ELLA, -Dije resaltando ella y señalando a Mery con el dedo. –se meta en mis problemas.
-Solo intentó que volváis a ser amigos..
-Pues no lo intentes, no quiero ni que te molestes. No quiero que nadie le obligue a hacer algo que en realidad será mentira, y eso me cabrearía aún más.
-Lo siento.. –Dijo ella, aún a la otra punta de la cocina.
Bajó la mirada, haciendo que un sentimiento de culpa me recorriera entera. Me dirigí hacía ella y la rodeé con el brazo, empezando a frotarle la espalda.
-No pasa nada, se que tu tan solo quieres arreglarlo. –Le susurré, pero lo suficientemente fuerte como para que todas me oyeran.
Su faceta pícara volvió, y poco después nos pidió permiso para volver al salón. Yo preferí quedarme un poco más allí, ya que seguía avergonzada ante la ridícula acción que había hecho.

Después de unos cinco minutos hablando de cualquier tontería, decidimos volver con los demás. Nada más llegar, bajé mi mirada para no encontrarla con nadie, y menos con la de Danny. Me senté, y emprendimos de nuevo el juego. Pasamos del reto de Mery, intentando olvidar el tema. Pero no, no lograba salirse de mi cabeza aquella preocupación mía pero.. ¿preocuparse de que?

Las gotas de lluvia comenzaron a estamparse contra el cristal, quien dejaba ver la fría calle en la que vivían Alice y Mery.
-Reto.. –Dijo Tom, hinchando su pecho y haciéndose el guerrero valiente ante su elección.
-Buena elección, Hércules.. –Dijo Danny entre risas, dirigiendo sus ojos a la moqueta y pensando alguna acción.
-Te vas a arrepentir de haber elegido reto, y más si todo depende de Danny.. –Le avisó Harry, cogiendo unas cuantas patatas más del snack de Mery.
-Que va, ya verás como no.. –Dijo Danny, empezando a soltar unas fuertes carcajadas. –Tan solo tiene que…
-El que..
-Besar a Alice.. –Acabó diciendo el pecoso, rompiendo a risas.
La castaña reaccionó. Abrió los ojos tanto como pudo, y haciendo un movimiento raro, le dio una fuerte patada al pecoso.
-¡Jones!
-Venga, hazlo.. –Insistió el, aguantando los golpes del rubio y la castaña.
Nada más acabar, los dos juntaron su mirada. Vi como a Alice se le subían los coloretes de forma exagerada, y hubiera jurado que a Tom también.
-Queremos beeeeeeeeeso –Gritó Dougie, empezando a dar palmadas.
Los dos siguieron callados, sin quitarse la mirada. Harry cediendo su sitio a Tom, haciendo que Alice y el se quedaran a cada punta del sofá, más cerca que antes.
Con la respiración lo suficiente agitada, empezaron a acercar sus rostros, aguantando la risa debido a la vergüenza que sentían.
Tan solo a unos pocos centímetros, Tom deshizo su hoyuelo, uniendo sus labios con los de Alice dando un rápido pero cálido beso.

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