8.Cine

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Comimos los tres juntos, pero la verdad era que la conversación la llevaban solamente Ralph y Noemí. De vez en cuando, el me preguntaba sobre los estudios, amigos o incluso “novios”. Yo, simplemente me negaba a tener novio, ya que estaba perfectamente soltera. A las 15:30, mi móvil por fin sonó. Era Alice, y llamaba para quedar:
-Dentro de una hora me paso por tu casa y te recojo, ¿de acuerdo? –Me preguntó ella.
-Está bien. –Acepte.
Le informé a mamá sobre la quedada, y acto seguido subí al segundo piso, a darme una ducha rápida. Me vestí, y bajé abajo, mientras observaba el reloj; “las cuatro y media”.
-¿Laia? –Me llamó mi madre, asomándose por la puerta que tenía atrás.
-Dime mamá.
-Me gustaría ver como es esa amiga tuya, Alice, ya que me has hablado tan bien de ella.
-Esta bien, pero intenta decir un hola y adiós rápido, no tenemos que perder tiempo. –Le advertí, ya que ella solía hablar mucho cuando se enrollaba.
Noemí fue a criticar, pero justo en el momento adecuado, el timbre sonó. Abrí la puerta, ya que estaba delante de ella, y pude ver a una sonriente Alice llena de energía. “Mañana tendré agujetas” –me dije a mi misma, ya que cuando Alice se encontraba así, era un no parar.
-¿Preparada? –Preguntó ella.
-Un momento, Alice. Mi madre quiere presentarse. –Le dije, y me aparté a un lado para que pudiera verla.
Mi madre avanzó rápido, y fue a saludarla. Las dos se presentaron alegremente, hasta que comenzaba a empezar lo que yo menos quería. Charla. La verdad era que Noemí y Alice se parecían bastante en carácter, solo que Alice era como mamá moderna. Te corregía aquello que hacías mal en cualquier cosa, hasta el último detalle.
Las dos comenzaron a andar despacio, automáticamente hacía el salón. Me puse enfrente de ellas para que no siguieran, cogí a Alice de la mano y mientras la arrastraba a la puerta, me despedí de mamá.
-Bueno, ya la conoces. Ahora tenemos que irnos.
~
Alice y yo fuimos a encontrarnos con Rose, Jake y Jeremy. Los cinco nos dirigimos al cine más cercano, y nos paramos a ver las películas que mostraban los carteles.
-Yo quiero ver una de terror. –Dijo Jake, a quien le acompañó Alice y yo.
-¡No, de terror no! –Criticó Rose, quien se puso tan roja como un tomate. -¡Luego no pego ojo en toda la santa noche!
-Son solo películas, no son de verdad. –Dijo Alice, intentándola convencer.
Ella negó con la cabeza, y todos miramos a Jeremy, buscando su escusa.
-Bueno… a mi no me acaban de gustar mucho películas así… -Dijo, intentando buscar las palabras perfectas para tapar que, en realidad, también las temía, al igual que Rose.
-Pues cuanto se siente, -Añadió Jake, con una risa malévola. –somos tres contra dos, y gana película de terror por mayoría.
Entramos los 5 en la sala, con Rose y Jere detrás, intentando hacer el camino más lento, para llegar lo más tarde y que no comenzase. Nos pusimos en la sala 21, y a mitad de los asientos. Me tocó al lado a Alice y Jere, quienes iban cargados de palomitas y coca-colas. Por fin, después de un montón de anuncios, comenzó la película. Paranormal Activity 2. No llegaba a entender la mitad de los diálogos, ya que por el susto y rapidez en que lo decían los protagonistas, no llegaba a descifrar mucho. Pude a observar a Jeremy, quien miraba sus palomitas como se vaciaban poco a poco, por no ver la película. Arrugaba la frente cada vez que se oía un grito, y parecía estar verdaderamente incómodo. Por otra parte, Alice se largaba a reír después de un grito por cada susto que daba la peli. Pegó en una parte un fuerte grito, y me cogió de la mano rápidamente. Aquella vez si que se había asustado, y fui yo la que no pudo evitar reírse.
Por fin, acabó la santísima película, y mientras salíamos, Rose iba criticando a Alice a gritos:
-¡¡Como esta noche no pueda dormir, te juro que tampoco te dejaré a ti!!
Alice, tan solo reía a carcajadas, mientras Rose se enfurecía más por cada una de ellas.
-¿¡Te parece gracioso acaso tal película así!?
Jake y Jere conversaban tranquilamente delante, y, al parecer, Jeremy no parecía tan asustado como en la sala.
-Bueno, ya son las 7. Será mejor que nos vayamos a casa –Dije, ya que mi madre me estaría esperando. Sí eso ya hablamos ¿vale?
Cada uno fue tirando hacía su casa, y yo tuve que recorrerme una larga caminata hasta la mía. Cuando por fin llegué y entré, vi que Ralph ya se había ido.
-¿Qué tal pasasteis la tarde? –Preguntaba Noemí. -¿Dónde fuisteis?
Le conté la tarde, la película y la expresión de cada uno de mis amigos que había ido también. La verdad era que, yo también era igual de pesada que mamá, y muchas veces la llegaba a criticar por algo que yo también hacía.
-Por cierto, Laia. –Me dijo mamá, cuando ya me ponía a subir escaleras. –Ha venido un chico preguntando por ti a casa.
-¿Quién? –pregunté dudosa.
-Un tal Harry.
Mierda, me dije. Harry había venido y yo no estaba, y seguramente mamá le hubiera dicho cualquier charla bien larga de donde había ido. Le dí las gracias a mamá por comunicármelo, y comencé a subir las escaleras de dos en dos, mientras yo pasaba de los comentarios de mi madre como ¿Era tu novio?
Entré en la habitación, y me puse el pijama. Me senté en la cama, mientras pensaba en las palabras de Noemí. Al parecer, Harry había recordado donde vivía, y había venido al ver que no le llamaba. Miré el calendario. 11 de Enero. Era raro que en Londres, en pleno Invierno, hiciera durante un día sol. Hoy había hecho frío, pero no había llovido. Mi mente cambió de tema. ¿Y si llamaba a Harry? Me lo pensé dos veces. ¿Por qué no? El había venido, y tal vez no le moleste una llamada. No me lo volví a preguntar. Cogí el móvil, y marque su número, el cual ya tenía grabado en la memoria. Dio señal dos veces, hasta que por fin se descolgó y se oyó un
-¿Diga?

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