94.

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Ambos se quedaron como dos segundos así, quietos e inmóviles, ninguno capaz de moverse. Laia fue la primera en reaccionar, levantando una pierna y cogiendo fuerza en el aire para lograr pisar lo más fuerte que pudo el pie de Danny. Este, nada más recibir el golpe, se separó al momento, intentando cogerse con las manos el dolorido pie.

-¿Por qué has hecho eso? –Preguntó el pecoso aún a la pata coja e intentando mantener el equilibrio.
-¡Danny! –Dijo ella bastante alarmada. -¡Justamente te estaba diciendo que odio que me guiñes ojos, y vas y me besas como si nada! ¿¡No te entra en la cabeza o que!?
-Laia… -Dijo mientras volvía a ponerse derecho y se acercaba a ella. –Creo que te empiezo a querer de verdad…

La castaña se quedó parada al momento. Puso cara de incrédula, abriendo más de lo normal los ojos y empezando a ponerse boquiabierta. Por la mente, tan solo se le venía una persona, y aquella era Harry. Le había costado lo suyo olvidar a Danny, y justamente cuando ya lo había conseguido, va y le ocurría esto.

-Oh, m*erda.. –Dijo mientras frotaba su cara con ambas manos. –No me jodas Danny, y dime que se trata de una de tus bromas..
-Ojalá fuera así… -Dijo mientras suspiraba. Se le quedó mirando sin saber que hacer, hasta que acabó acercándose a ella poco a poco y rodeándola por la cintura. –Dime que tu también me quieres, por favor.
-No Danny, no. –Le contestó apartando sus manos de ella. –Yo no te quiero.
-Pero… -Intentó decir algo, pero las palabras no le salían. –Tu antes me quer…
-Jamás te quise, Danny. –El pecoso adoptó cara de disgustado, lo que hizo sentirse culpable a Laia. –Bueno, hubo un tiempo en el que sí, pero fue hace mucho, eso ya pasó.
-Donde hubo fuego siempre quedan cenizas. –Dijo él un poco esperanzado, intentando acercarse disimuladamente. –Verás Laia. Más quisiera yo que no te amara, pero… no puedo. Eres la novia de uno de mis mejores amigos, y se que lo tengo difícil, pero incluso intentando pasar de ti haces que te ame más… no puedo evitarlo. –Dijo finalmente volviendo a aferrarse a su cintura.
-No Danny no. –Dijo ella, volviéndose a frotar el rostro, incapaz de actuar. –No podías haber elegido mejor momento para decirme esto, ¿verdad?
-Entonces, ¿eso es que sientes algo por mí, aunque sea lo más mínimo?

Laia apartó sus manos de ella. Se le quedó mirando, sin saber que hacer. Se había acercado bastante a ella, y apenas le separaban pocos centímetros, casi manteniendo frente con frente.

-Déjame Danny. –Acabo diciendo ella volviendo a separarle. –Por favor, ahora no me hagas estar confusa. Amo a Harry, eso no lo vas a cambiar. Lo siento, pero he de decirte que yo no siento lo mismo que tu hacía mí. –Dijo ella con mucha melancolía.

Los ojos del moreno se habían humedecido un poco, y aquello le hacía aún más daño a ella. Sentía como si le estrujaran el corazón, como se le caía el mundo encima. No podía creer que aquello lo hubiera dicho ella, jamás se lo hubiera creído. Los ojos del pecoso se habían convertido en un pozo sin fondo, fríos y húmedos. Laia, intentando evitar su sollozo, dio medía vuelta y echó a andar todo lo rápido que pudo. Cruzó la calle ligeramente, empapándose ante el diluvio que estaba cayendo. Antes de poder perder de vista el bar, echó un vistazo hacía atrás, buscando a Danny con la mirada. Este se encontraba aún en el mismo sitio, en la misma postura, viendo alejándose a la castaña. Ella, sin poder evitarlo, echó a llorar. Intentó impedir su gimoteo mordiéndose el labio inferior, pero de poco funcionó. Levantó la mano y se acarició la boca, aquella que había conseguido hacía minutos atrás el beso que siempre había deseado. Su llanto aumento, haciendo que ella cerrara los ojos con fuerza. Todo aquello la había confundido. Sabía que amaba a Harry, pero en aquel momento no sabía lo que sentía realmente hacía Danny, o simplemente se negaba a sentir algo más que amistad.




-Tienes que ayudarme. –Pidió Laia entrando sin permiso al apartamento de Alice.
-Adelante, puede usted pasar… -Dijo ella, pero calló al ver el los ojos hinchados y rojos de su amiga. -¿Qué a ocurrido?
-Danny… -Dijo ella aún con un poco de sollozo. Poco a poco y detalladamente, fue contándole todo lo que había ocurrido, sin saltarse ni un tramo. Una vez hubo acabado, dejo tan confusa a Alice que le costó pensar lo que decir.
-Pero… ¿tu amas aún a Danny?
-¡No!... Bueno, sinceramente no lo sé. Creía que ya lo había olvidado, pero todo lo que a ocurrido hoy… me ha hecho volver a sentir cosas… cosas que ya habían muerto.
-No sé.. espérate a ver que pasa.. [i]El tiempo es siempre el mejor autor, siempre encuentra un final perfecto…

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