57.Adiós.

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Unas lentas lágrimas empezaron a caer por la mejilla de Mery. Pronto aumentaron de presión, cubriéndole la cara entera. La castaña se llevo las manos al rostro intentando cesarlas, pero no había resultado. Pensara lo que pensara para intentar cambiar de pensamiento, no lo lograba. Dougie seguía apareciéndose en su mente, gritándola por pura pesadez.
Esta dirigió su mirada de nuevo al suelo, intentando que algunas miradas que se habían parado a observarla dejaran de mirarla. Diferenció entre tantas luces, un bulto de piel oscuro. Se acercó y se agachó para cogerlo y saber de que se trataba. Nada más cogerla, se dio cuenta que lo que posaba en su mano derecha era una cartera; la cartera de Dougie.
Perfecto, lo que faltaba. Devolverle su cartera en plan la ladrona –Pensó de mala gana, cesando un poco su llanto y parándose a pensar; tal vez podría dejarla en la barra o en el suelo de nuevo, pero cometía el riesgo de que cualquier otra persona la encontrase y se la quedase.
No había más que pensar; tenía que devolverle su cartera. Levantó su vista y buscó el baño con la mirada. Seguramente estaría en el piso superior. Allí tenía que ir. Empezó a subir las escaleras, esquivando a alguna que otra persona que bajaba a toda prisa. Nada más empezar a ver el largo pasillo conforme cada escalón que subía, vio algo más. Junto a la puerta de lo que se suponía que era el baño, había alguien más cotilleando. Cuando subió lo suficiente, lo vio todo.
La rubia que había estado bailando con Danny antes, se encontraba junto a una chica más, arrodillada frente a la puerta entreabierta. Sujetaban con cuidado y con el pulso bien firme, lo que parecía una cámara.
-Revistas y televisión pagarán lo que sea por este video sobre Dougie. –Dijo su amiga, pelirroja como el tomate. –Podrán inventarse cualquier título disparatado y más dinero para nosotras.
Mery las miró extrañadas. Se acercó de puntillas y con mucho cuidado hacía ellas, y, nada más situarse detrás de estas, pudo ver lo que grababan. Dougie estaba arrodillado junto al retrete, vomitando cada tres segundos.
-¡Vosotras! –Gritó la castaña, cargándose de furia y cogiéndolas por el cuello de las camisas. -¿Qué creéis que hacéis?
Las dos chicas la observaron con horror. Aún seguían bastante cerca del suelo, de modo que la imagen de Mery desde allí era enorme, y todavía más temerosa con aquella cara de enfadada, dolida y llorica que ponía. Les arrebató la cámara y paró el video. Pudo oír como tiraban de la cadena de la cisterna, mientras sus huesos se aflojaban de golpe, soltando a sus dos presas. Estas dos, nada más volver a recobrar el equilibrio, echaron a correr escaleras abajo, dejando a la castaña sola en el pasillo, con cara de temer lo que podría pasar en breves segundos.
La puerta se abrió de golpe, apareciendo por la puerta un Dougie con cara de cansado. Este se sorprendió al encontrársela allí, plantada delante de el con cara de asustada y llorando todavía.
Sus ojos cambiaron de lugar; de los ojos de Mery, hacía la cámara. Tan pronto empezó a sospechar, el rubio la cogió, sin ningún movimiento de defensa de parte de Mery.
-Yo… yo no lo hice.. –Intentó defenderse Mery al ver subir la cara de Dougie con enfado. –Fueron…
-No te molestes en volverme a hablar. –Le dijo con tono seco, dando al botón borrar y tirándole con brutalidad la cámara al pecho. –Tu y yo no nos conocemos.. –Y dicho esto, empezó a bajar las escaleras, dejando a Mery echa un mar de lágrimas.
La castaña dejó caer, apoyada en la pared y escondiendo su cabeza entre sus piernas. Estaba dolida, más que nunca. Tan solo había intentado mejorar su relación con Dougie, sacando cualquier tema para tener alguna escusa por la que hablar con el. Había impedido que aquellas tías publicaran el video y el tan solo la había mandado a la mierda, aparte de que aún poseía su cartera y se la tenía que hacer llegar, pero no quería en persona.
-¿Mery…? –Preguntó una voz arriba suya.
La chica levantó su cabeza sin ganas. Un Jeremy con cara de preocupado le miraba arrodillado a su lado. El rubio apartó con una mano el mechón de pelo que le tapaba la cara, dando al descubierto los ojos húmedos, en señal de que había llorado.
-¿Te encuentras bien?
-¿No ves que no? –Le dijo con tono seca ella, volviendo a esconder su cabeza en las rodillas.
-¿Qué te ocurre?
-Nada, vete.
-No quiero. –Le dijo con tono duro.
Mery volvió a levantar su cabeza, y pudo observar una vez más como Jeremy le miraba, buscando una explicación.
-¿Sabéis que los tíos sois unos cerdos? –Dijo de golpe, clavando su mirada en la puerta entre abierta del baño y volviendo a recordar a Dougie.
-No todos somos así. –Dijo él, acoplándose mejor en el suelo, al lado de Mery. –Gente como yo no lo somos.
-Orgulloso… -Le declaró ella sin poder hacer una pequeña sonrisa, pero también soltando una lágrima.

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