37.Thriller

|
-E cambiado de opinión. –Le dije, haciendo que dibujara una faceta extraña en su cara. –Me niego a decírtelo.
-Entonces será Tom.. –Opinó, cogiendo lentamente la bebida y buscando mi permiso. Asentí con la cabeza mientras rodaba los ojos.
-O tal vez seas tú. –Le cuestioné. Él se paró en seco y me miró con asombro. –O quizás sean Dougie o Harry, y te haya mentido.
-¿No me lo dirás, verdad?
-No. –Le contesté, sonriendo maliciosamente.
Dí otro sorbo a la cerveza. Observé como algunas personas se levantaban y se dirigían hacía el centro del local, que al parecer, era una pequeña pista de baile.
-Muy bien, señoras y caballeros. –Dijo al parecer el DJ por el micrófono. –Vamos a empezar nuestra pequeña fiesta.
Pude ver como aquel hombre ponía uno de los cientos de CDs que tenía, y lo hacía encender en busca de alguna canción. Se puso los cascos y rebobinó. Los altavoces que cubrían todo el bar se encendieron, y las luces cesaron, haciendo que el bar cobrara miles de colorines y se centraran casi todos en la pista de baile.
La famosísima canción de Thriller de Michael Jackson empezó a sonar por todo el local. Las personas situadas en el centro empezaron a seguir el ritmo de la canción mientras que el resto exploraba a risas. Miré divertida a Danny, quien sonreía con ganas. Dirigió su mirada a mí, mientras yo cogía el suficiente aire como para hablarle.
-Donde nos hemos metido. –Le dije, intentando que me oyera por encima de tanto ruido, pero al parecer no tuve suerte.
El pecoso se levantó del asiento y se dirigió a mí. Empezó a bailar al ritmo de la música igual que los demás, mientras que cogía mi mano para que me levantara y me uniera a él.
-Ah no, ni en broma bailo. –Le intenté decir, más bien gritar. Aparté mi mano de la suya mientras intentaba hacerle entender que no pensaba ir.
Él se encogió de hombros y comenzó a caminar hacía la pista. Me levanté y empecé a cruzar la multitud de gente que había para poder ver a los bailarines. Danny se situaba entre ellos y nada más empezar la letra de Thriller, siguió los pasos de los demás bailarines. Exploté de risas viendo como una multitud de gente, bailaban los mismos pasos, con alguno que otro equivocándose.


Mery reía con ganas ante la estupidez que había mostrado Jeremy al derramar su segunda cerveza por los pantalones. Esta sacó su móvil para comprobar la hora que era. Las doce.
-Jeremy, quiero irme ya a casa. Estoy cansada. –Le dijo, volviendo a ponerse seria y guardando el móvil.
-¿Ya? –Se extraño el. La morena le asintió y este levanto una mano para pedir la cuenta.
Otra camarera se acercó a ellos, mientras tomaba nota de lo que habían pedido y sumaba.
El rubio pagó, y pronto salieron del local. Un aire frío de medianoche invadió a Mery por completo, haciendo que esta se parara y colocara sus manos entre las piernas. Jeremy se percató de su acción. Se quitó por una manga la dura chaqueta que llevaba y cubrió a Mery con ella, haciendo que los dos quedaran tapados.
-Gracias. –Le agradeció ella, volviendo a sacar su móvil del bolsillo y marcando el número de Laia.
-Laia, -Le dijo Mery, una vez de que la amiga hubiera cogido el teléfono. –Vente ya a casa… ¿qué es ese ruido? –Preguntó Mery, oyendo de fondo la canción elegida para la Eurocopa, la de Shakira.
-Nada. –Le contestó ella un poco más fuerte. –Ahora llamo a Danny y me lleva.
-¿Qué dónde está?
-Bailando.. –Le respondió un poco con vergüenza.
-¿Bailando?
-Sí.. bueno, ya te diré. Ahora vamos. –Le contestó Laia, finalizando la llamada rápidamente.

Ya habían bajado del coche, y esperaban delante de la casa de Laia. Aún no habían venido, de modo que no podían entrar, y si llamaban, lo más probable era que despertaran a Noemí.
-Siempre e odiado que no sea puntual. –Comentó Mery, dando un leve suspiro.
-Bueno, así podemos hablar un poco más.. –Dijo Jeremy, poniéndose en frente de la castaña.
Esta temió su acción. Empezaba a acercase poco a poco, con una pequeña sonrisa en la boca. Frunció el ceño, mientras que él no paraba y, cada vez se acercaba más a su rostro.
Una luz cegadora los deslumbró por completo, haciendo que Jeremy abandonara de golpe su posición y mirara al coche que la producía. Danny como se acercaba, y como siempre, siendo inoportuno.
-Ya han llegado. –Dijo Mery, apartándose un poco del rubio. –Bueno, adiós. –Se despidió ella, dándole dos besos y esperando a que Laia bajara del auto.

-¡Cuenta lo que a pasado! –Me gritó Mery, mientras se acoplaba en la cama.
-Pues bueno, primero pidió dos cervezas aunque yo no quería, y pude aguantar con una.. –Le fui diciendo, contándole cada detalle, desde el cuestionario que empezó a hacerme, hasta cada baile que bailó.

0 comentarios:

Publicar un comentario