66.Disney

|
Después de pasar más tiempo viendo Disney Channel, igual que los niños pequeños, nos avisaron de la cena. Habían preparado unos perritos calientes, ya metidos en su pan.
-Oh, se dejaron el alma en la cena. -Dijo Mery mirando un poco decepcionada a los perritos.
-Los hice yo.. –Dijo un poco avergonzado Tom, viendo como la castaña cogía su perrito.
-A, pues eso lo cambia todo.. –Sonrió de oreja a oreja, dio un gran bocado y habló con la boca llena. –Me encanta, la mejor cena… enserio.
-Mery.. No seas cochina. –Le avisé.
-Oblígame.


-Oigan.. –Dije una vez acabamos nosotras de cenar. Los chicos hacía siglo que terminaron en tan solo dos bocado. -¿Dónde se supone que pasaremos la noche?
-Si quieren pueden dormir en mi cama, pero a cambio de algo.. –Dijo, supuse, que en broma, ya que empezó a subir y bajar rápidamente las cejas.
-Danny, como te oiga Georgia decir eso, te mata. –Le avisó Vicky. Luego, se giró hacía para contestarme. –En sacos de dormir..
-No tengo aquí.
-Yo os presto, tengo de sobra.
Nadie dijo nada más durante un rato. Tal vez de vez en cuando, nosotras intercambiábamos algunos comentarios, pero por otra parte, los chicos seguían embobados con el fútbol. Cuando por fin acabó, Danny se levantó de su sitio y salió fuera. No prestamos mucha atención, y seguimos a nuestro rollo. Cuando volvió, traía con el un nuevo perro. Un Beagle.
-Este es Bruce. –Dijo mientras lo soltaba del collar. –Nos hará compañía.
-Otro perro… otro perro… -Dijo de nuevo Mery asustada, mirando al perro con cara de pánico.
-Este es Bruce. –Nos dijo Danny mirando sonriente a su perro.
Bruce fue hasta Tinky, y, como es lógico en los perros, empezaron a olerse. Luego, lo hicieron en el pompis… nada más vio esto Danny, lo alejó del perro salchicha.
-No Bruce.. tu busca hembras, no machos.
-Pobre perro, si a salido a su dueño no es su culpa. –Dijo Camden de broma, recibiendo una mirada asesina de parte de Danny.
-Por cierto.. –Pregunté –¿En que parte dormiremos?
-Dentro de los sacos. –Me contestó el pecoso.
-Eso ya lo sé, tonto. Digo que en que parte de la casa.
-En mi cama, otra vez.
-Vicky, respóndeme tú. –Le pedí, pasando de el.
-No se.. tal vez en el salón si hay sitio, o en el garage… -Pensó más. –O donde haya sitio, vamos.
-Yo no duermo bien si no es mi saco… -Protestó Mery.
-Pues ves a por el.
-Está en España.
-Pues te aguantas. –Le respondí sonriente.
-Si no duermo en mi saco, en una cama entonces. –Miró a Danny, con mirada de pedirle algo. –Bájame tu cama.
-¡Mery! –Chillé. –¿A que duermes en la calle?
-No.. solo quiero dormir bien.
-Pues duerme hoy con Jeremy y punto. –Solté, volviendo a mis pensamientos. No tardé mucho en volver a la vida real cuando recibí un puñetazo de parte de Jeremy y Mery.
-¿A que tu duermes con…? –Empezaron a decir los dos. Pude tapar la boca de Mery, pero Jeremy se me escapó. -…Harry?
-¿Harry? –Dijimos las dos al mismo tiempo, extrañándonos. Seguramente habíamos pensado en el nombre de Danny, por eso nos extraño que sacara a Harry. Miramos al batería. Se había quedado perplejo, con los ojos muy abiertos, haciendo que un color azul nos deslumbrara.
-Uf, Harry, que ojazos… ciérralos. –Dijo Mery, sin vergüenza.
Todos nos echamos a reír. Mery, a decir verdad, era todo lo contrario a mí. Ella no tenía nada de vergüenza de decir las cosas a la cara.
Una hora después, preparamos los sacos. Mery tuvo que conformarse con el más blanco que encontró, y se colocó entre Tom y Alice. También había de decir que era inoportuna. Se inventó que –No debía pasar ninguna noche cerca de los demás si quería despertar bien.

-¿Les apetece ver alguna película? –Propuse cuando el tema de conversación llegó a su fin y el aburrimiento nos podía.
-Está bien… ¿de que tipo?
-Terror.. –Propusieron algunos.
-Amor. –Dijeron los otros.
-¿De que tipo tienes? –Le pregunté a Danny para que me dejara ver las películas que disponía.
-No tengo.. a no ser de que sea porno. –Me quedé atónita, al igual que las otras. Luego me giré de nuevo a Mery. –Saca las que tengas en el bolso.
Pidió que le alcanzara el bolso. Una vez lo tuvo, empezó a sacar de todo, hasta que llegó a las películas. Todos se sorprendieron al ver que ella levara películas, y como no, alguno no pudo evitar preguntarle que por que las llevaba.
-Es una manía. Son como un amuleto para mí. No puedo salir de casa sin ellos. Es lo mismo que llevar condones en el bolso reservados.
Siguió sacando: Bambi, la bella y la bestia, Blancanieves, Pocahontas, Peter pan… películas Disney.
-¿No tienes ninguna más madura?
-No. Prefiero Disney. Alimentó mi infancia. –Dijo con una gran sonrisa y enseñándonos las carátulas. Era difícil de elegir. No porque queríamos ver todas, si no lo contrario. Ninguna queríamos ver.

0 comentarios:

Publicar un comentario