95.

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Habían transcurrido ya tres largos meses. Se habían hecho lentos y pesados, un día a día siempre igual. Alice y Tom seguían felizmente feliz, eran la pareja perfecta. Parecía que en el mundo de aquellos dos los problemas no existían jamás, y eso, he de decir, conseguían poner de vez en cuando celosa a Laia.

Mery había logrado olvidarse de Jeremy, él era pasado. Habían mantenido más relaciones con distintos chicos, pero no superaban las dos semanas, de modo que no llegaba a tener nada serio con ellos. También se había notado, durante este tiempo, que Dougie iba tras ella. Le costaba enviarle indirectas, ya que habitualmente solía meter la pata al intentar enviárselas y acababa haciendo el ridículo, delante de todos. Doug era así, pero parecía importarle poco lo que los demás opinaran.

Mientras, Laia y Harry habían empeorado un poco su relación. Tenían la manía de discutir por lo más mínimo, pero no tardaban en reconciliarse. Harry se había enterado que a Danny le llegaba a gustar ella, de modo que se enojó un poco con su amigo, pero intentaba controlarse.

Danny, por otra parte, había roto su relación Georgia, pocos días después de lo ocurrido en Septiembre. Había que decir que desde entonces no se le había visto tontear con más mujeres, a lo que a todos le resultaba increíblemente extraño. Su carácter bromista no habían cambiado en absoluta, pero no había vuelto ha mantener una conversación seria con Laia, era como si ambos temieran hablarse. A ella le llegaba a incomodar encontrarse en relaciones románticas con Harry cuando Danny estaba delante, ya que no apartaba los ojos de ella, de forma demasiado incómoda. Harry también había notado aquello y lo mosqueaba aún más.

23 de Diciembre.

Habían dado ya las siete, cuando todos llegaron a Super Recorts. Habían salido aquel día para celebrar el cumpleaños del batería, pero su aniversario no le impedía a él ni a nadie librarse de trabajar. Todos empezaron a recorrer el piso inferior del gran edifico, cuando llegaron a donde se encontraban los ascensores. Los hombres dieron un suspiro al ver que el ascensor no llegaba, de modo que decidieron subir por las escaleras.

-Lleva tú las chaquetas, Laia. –Pidió Harry, entregándole las prendas. La castaña esperó un beso de parte de él, pero dio media vuelta y empezó a subir las largas escaleras.

Suspiró resignada y rato después, cuando por fin el ascensor llegó, subió junto a sus amigas. Camden, Mery, Laia y Alice esperaban a que llegaran al piso que deseaban, mientras se mantenían calladas, haciendo ruidos extraños en la boca. Una vez dio el fino pitido y las puertas se abrieron, todas salieron juntas hacía la sala donde se debían encontrar los demás. Una vez entraron, pudieron encontrarse a Tom conversando con Danny, mientras Doug se dedicaba ha observar la sala. Laia, extrañando a su novio lo buscó por la sala. Pudo encontrarlo más adelante, un poco lejos de todos ellos, mientras hablaba con Desi. Suspiró mientras buscaba un lugar donde poder colocar las chaquetas, ya que todas las sillas tenían el respaldo ocupado.

-¿Qué ocurre? –Preguntó la voz de Mery a su lado, a lo que Laia le contestó encogiéndose de hombros y viendo todavía a su novio.

Ambas castañas observaron al batería, quien parecía estar hablando algo serio con su amiga. Tenía pinta de estar disgustado, al igual que ella, solo que también estaba nerviosa. Se notaba que Desi evitaba mirarle a los ojos. Laia cogió curiosidad de lo que pudieran estar hablando. ¿Qué sería aquello? Pareció que la conversación de aquellos dos ya hubo terminado una vez dejaron de hablar y se mandaron unas miradas que parecían de despedida, cuando ocurrió lo peor. Desi se había acercado rápida ha él, y mientras rodeaba una mano sobre su cuello y otra sobre su espalda, le besó. La chaqueta que sostenía Laia cayó al suelo, mientras a aquella escena se le hacía infinitivamente larga y oscura a ella. Todo lo demás había desaparecido a su alrededor, ya no había entorno, tan solo podía ver a aquellos dos. Intentó pensar en positivo: había sido ella la que se había acercado a besarle, sin que Harry actuara. Pronto su idea se fue a la mierda, como todo. Harry respondió a su beso rodeándola por la cintura y acercándola a ella con cuidado, intensificando el beso, sin siquiera separarse. Las lágrimas empezaron a brotar de repente, sin descanso de los ojos de Laia, y miró a su alrededor. Toda la sala se había percatado de aquella escena y los miraban. Mordiéndose el labio inferior para no gimotear, pudo notar la mirada de Danny. Se había girado para verla, y tenía cara de preocupado, triste se podría decir. Ella, sin ningunas ganas de quedarse allí, dio media vuelta y salió de la sala, echando a correr todo lo rápido que pudo hacía el ascensor. Apretó sucesivamente el botón para llamarlo, todo lo rápido que podía. Pudo oír como unos pasos se oían por el pasillo y gritaba su nombre. Era Danny, sin duda. Ella alzó la vista y pudo encontrarlo a punto de alcanzar, pero le dio tiempo a entrar al ascensor. Antes de que apretara el botón del inferior piso, Danny entró, deteniendo su brazo y rodeándola con sus grandes y fuertes brazos.

-Lo siento mucho Laia, de verdad. –Dijo sin dejar de abrazarla.
-¿Tú sentirlo? –Le contestó ella ardiendo de furia. Odiaba al mundo entero en aquel momento. –Tu lo que estarás es partiéndote de risa por dentro. Esto para ti debe ser una alegría.
-No lo es, de verdad. –Mencionó, plantándole un beso en la frente a la chica. –Todo lo que te puedo hacer daño a ti me lo hace a mí también. Además, lo que acabas de ver.. tiene que ser un malentendido.
-¿Un malentendido? –Musito ella riendo irónicamente sobre su pecho. Desprendía ese dulce aroma que la hacía tranquilizar. –Eso pensé yo cuando ella se lanzó, pero todos hemos visto como la ha cogido y devuelto el beso…
-Lo sé, pero… no sé que decirte para tranquilizarte.
-Nada Danny… déjame sola ahora por favor. –Pidió ella separándose de él y colocándolo fuera del ascensor. –Gracias, de verdad. –Dijo ella de corazón mientras le daba al botón del piso de entrada.

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