12.Mery

|
-¿¡Mery!? –Dije, y me tapé la boca con la mano izquierda para no chillar.
-¡Laia, cuantos años! –Dijo, y al parecer, se aguantaba el llanto.
Hacía cinco años que no había sabido nada de ella, así que me costó un poco asimilar la situación.
¡A comer! Me chilló mamá desde abajo, y le conteste con que se esperara unos cinco minutos.
-¿Pero tu como has conseguido mi número? ¿Y no sabes de que te va a costar un pastón llamar desde España a Reino Unido? –Le chillé, sin saber por que. Se me estaban empezando a llenar los ojos de lágrimas, debido a tanta alegría.
-Primero, e conseguido tu número en la guía telefónica de Londres, y me a costado, por cierto. –Dijo, e intentó copiar mi tono, pero estaba demasiado emocionada. –Y segundo, no estoy en España… ¡Me e venido a Londres!
-¿¡Cómo!? ¿Desde cuando?
-Hará una semana o por el estilo. E estado hiendo de hotel en hotel.
-¡Tenemos que quedar! –Le grité, pasando rotundamente de lo que acababa de decir. –¡Hoy mismo!
-¡Ahora! –Dijo con entusiasmo.
-No, ahora no. –Le repliqué. –Tengo que comer, que mi madre no para de llamarme. Y ahora que pienso… -Dije, acordándome de Alice.
¡Merda! ¡Había quedado con que me pasaría a recoger a las 15:30! Tal vez la podría invitar a conocer a Mery…
-¿Entonces cuando quedamos y donde? –Me preguntó, tan cansina como siempre. En eso no había cambiado.
-Te llamo a las dos y media. –Le dije, y nos despedimos.
Bajé abajo, y allí me esperaba mi madre, con los brazos cruzados, y mirándome con mala cara. Me senté sin decir nada, y empecé a comer los espaguetis tan buenos que cocinaba Noemí.
-Mamá, ¿Sabes que…? –Le dije, intentando decir la llamada que había tenido hacía unos minutos con Mery, pero no me dejo terminar.
-¿Qué tal la mañana con Alice? –Me preguntó, pronunciando irónicamente el nombre de Alice.
-Bien, muy divertido. –La miré de reojo, con miedo a lo que se intentaba referir. –Pues eso, ¿Sabes…?
-Pues que raro, he llamado a Alice hará unas horas, y me dijo que había quedado contigo por la tarde, no por la mañana.
Me quedé a medio espagueti en la boca, y la miré de nuevo de reojo. Lo aspiré por la boca, miré recto sin dirección, y me quedé callada. No sabía que decir, y estaba en un problema.
-¿Y quienes eran esos que te han traído a casa? No me suenan de nada. –Me miró desafiante, esperando que confesara.
-Unos amigos…
-Nunca me hablaste de ellos.
-Los conocí hace poco.
-¿Cuándo?
-En realidad hoy, pero, me los presentó otro amigo…
-¿Amigo? ¿Hombre?
Merda. Sabía perfectamente que el pensamiento de mi madre había cambiado.. lo notaba.
-Em, si, amigo. –La miré a los ojos, intentado hacerla cambiar de idea.
-¿Qué amigo? ¿Lo conozco? ¿Cómo se llama? –Se acercó a mi, abriendo un poco más los ojos.
-No, no lo conoces. Se llama Harry…
-¿Y desde cuando lo conoces? –Se acercó aún más, abriendo tanto los ojos, que me llegué a asustar. Eché mi silla un poco hacía atrás, para alejarme de ella.
-Hará dos semanas…
-¿Y dónde…? –Adelanté mi contestación, suponiendo ya la pregunta.
-En el instituto. Y hoy me a presentado a sus amigos, y de paso, me a acercado a casa.
Empecé otra vez a comer, y a mitad, me acordé de mi pregunta.
-Y por cierto, lo que te e intentado decir, era que.. –Rellené mi tenedor de espaguetis. –ha llamado Mery. –Y me lo metí en la boca.
Ella paró en seco y me miró, buscando un motivo por esa llamada. Le dije lo que me dijo Mery, y pude acabar tranquilamente de comer.


Sonó el timbre de la puerta, y le abrí a Alice. Me despedí de mamá y subí al coche con ella.
-¿Tenemos destino? –Le pregunté.
-No. –Dijo tan pancha.
-¿Te puedo proponer algo? –Me miró, suspiré y le expliqué. –Ah venido una amiga de España, y hoy pudo contactar conmigo. Me preguntaba si podríamos quedar con ella, y así, la conoces y tal… hacía años que no la veía.
-Bueno… -Dijo desviando la mirada. –Yo te presenté a mis amigos, así que ya va siendo hora de que me presentes tú a la tuya.
Embozó una sonrisa, y le dí yo también una. Cogí el móvil, y busqué el número de Mery, ya que me lo había guardado. 

0 comentarios:

Publicar un comentario