9.Invitación.

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-¿Diga? –Dijo una voz, la cual no era la de Harry. Se me congeló el cuerpo y me pareció que estrujaban el estómago por dentro. Esa voz… era tan extraña y especial. -¿Sí? ¿Hola? –Volvió a preguntar, al ver que no contestaba.
-Emm… sí, hola. –Dije, un poco con la mente vacía. -¿Está Harry?
-Sí, si que está, ahora se pone. ¿De parte de…?-
-Laia.
Despegó el móvil de la oreja y se oyó de exterior música y risas. Seguramente estaría en una fiesta, y yo, como especie única, le había llamado en mitad de ella.
Se oyó la voz de aquel tipo llamar a Harry bien alto, lo suficiente como para que quien este en aquella fiesta lo oyera. Añadió de “una tal Laia” y momentos después se oyó a Harry diciéndole: “Por que demonios has cogido tú el teléfono, Danny? ¿Cómo? Me dije. Dios… Danny, ese nombre.
-Dime Laia.- Se oyó la voz de Harry, quien seguramente se ponía el teléfono en su oreja, ya que cesó el ruido un poco.
-¡Hola! –Grité alto, para que me pudiera oír. –Perdón si te e pillado en mal momento, pero como te habías pasado hoy por mi casa.. y bueno, yo no estaba… era para saber que querías.
Merda, ese “que querías” salió de la boca con un tono muy seco. Tardó unos momentos en contestar, mientras iba disminuyendo el ruido.
-Sí, ya te oigo mejor, -Dijo por fin. -Ahí dentro hacía mucho ruido...
-Perdón si te e pillado en mitad de una fiesta.
-No. no tranquila. Solo estaban unos amigos en casa... ¿Qué decías? No pude te pude oír bien antes.
Le repetí la pregunta, intentando hacerla un poco más afable.
-Ah, es que hoy me pregunté por ti, y al ver que no llamabas, pues recordé donde vivías. -Se quedó callado, y no volvimos a hablar hasta pasados unos segundos. - Tal vez podríamos quedar...
Miré la hora. Las siete menos diez. Bueno, no es mala idea. -Pensé. No me importaba quedar, pero no hoy, ya que era tarde y el estaba con amigos.
-Estaría bien... -Le contesté.
-¿Mañana puedes?
-Sí, pero solo por la mañana. -Le informé, ya que por la tarde había vuelto a quedar con Alice.
-¿A las nueve te parece buena hora?
Le contesté que sí, y quedamos con que iría a por mí, después, nos despedimos y colgamos.
Me quedé un poco confundida. "Que rápido pasa todo" me dije. Por un momento, el cansancio me estuvo venciendo. No, no debía dormirme… aún no había cenado. Me acosté un poco en la cama, tan solo unos momentos… no me iba a dormir…
~
Me desperté. Merda, me había quedado dormida. Ya era por la mañana… Un momento, ¿Qué hora era? Miré el reloj. Las ocho en punto. ¡Menos mal! Aún tenía una hora.
Bajé abajo. Mamá aún no se había despertado, y yo no la había avisado aún. Me tomé mi leche, y subí a mi habitación a cambiarme. Eran ya y media cuando acabé, así que decidí ir a la habitación de mamá a avisarla. Entré cuidadosamente, y me acerqué a la cama. Susurré el nombre de mi madre a su oreja, pero siguió sin moverse. Fui susurrándole cada vez más fuerte, hasta hablar normal, pero ella tan solo se movía. Fui al interruptor y encendí la luz. Mi madre abrió los ojos y me miró. Temí su reacción cuando se levantaba de la cama mientras me pedía explicaciones, así que yo le dije donde iba, aunque cambié un poco la historia. El nombre de Harry por el de Alice. Me dijo que no me había despertado la noche anterior por que me veía muy “dormidita”.
Esperé hasta en punto, hasta que alguien llamó a la puerta. Por suerte, mi madre estaba en el baño, y no iba a ver a Harry. Me despedí de ella con un grito, y abrí la puerta. Allí estaba Harry, esperándome con una pequeña sonrisa en la boca.
-¿Adonde vamos? –Le pregunté, mientras me abría la puerta de su coche.
No me gustaba nada la idea de subirme siempre a los coches, no, la odiaba. Pensé mal de mi, imaginándome subiendo a coches de todo el mundo…
-Ahora te explico. –Me dijo, mientras acababa accediendo a subirme y el se sentaba a la parte del volante.

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