78.

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Todos salieron del agua acepto Tom, Alice, Mery y yo quienes seguíamos chapoteando en el agua. Había que decir una cosa: no había forma de separar a Tom y Alice aquel día. Llevaban todo el tiempo jugando en el agua juntos, como niños pequeños, pasando de los demás. Me reconfortaba verles así.



-¿Alguien ha visto mi toalla? –Preguntó Danny empezando a tirar todo lo de su bolsa.

Todos negaron con la cabeza. Dio un suspiro, rindiéndose a seguir buscando, hasta que vio una toalla echa una bola en la arena. La cogió y la desplegó, viendo una imagen de Dora la exploradora y su mono. Soltó una carcajada al ver el dibujo, y sin preguntar ni nada, se echó la toalla encima.



Un cuarto de hora después, todos los que nos habíamos quedado en el agua salimos. Corrí hacía mi toalla y busqué la de Dora. Ya no estaba allí.

-Mery.. ¿has cogido mi toalla? –Pregunté, echándome la que tenía puesta en la arena.
-No… -Me miró y se encogió de hombros, mientras le daba un sorbo a su coca-cola. Echó los ojos un poco más hacía arriba mía y pronto los volvió hacía mí. –Tal vez si te giras un poco…

Así hice. Me giré para ver a lo que se refería, y pronto lo divisé. Mi toalla estaba expuesta sobre alguien, a espaldas, de modo que no pude diferenciarlo. La cogí de un extremo y estiré de ella, quitándosela al que me la había quitado. Pude diferenciar la espalda, llena de esas pecas inigualables.

-Mi toalla no se coge. –Le advertí cuando el se dio media vuelta.
-La mía a desaparecido.. no es justo. –Criticó.

Pasé de su comentario y le tiré la toalla a Mery. Ya no me interesaba utilizarla. Me recosté sobre la arena y cerré los ojos, intentando relajarme. No duró mucho cuando oí los pasos de Mery acercarse.

-Danny ha sido el primero en estrenar la toalla. –Abrí los ojos y la miré buscando una explicación. –Que bonitooo… -Me susurró.

Le di una patada y recuperé mi toalla. Volví a cerrar los ojos, cansada después de haberme bañado. El descanso se convirtió en sueño.



-Laia, despierta. –Me zarandeó Alice a mi lado. –Mira, ven.

Me levanté y me puse la camisa larga. La seguí, no muy lejos y me llevó hacía donde estaba Harry, quien se había quedado dormido al sol. Mery, Dougie y Tom estaban allí.

-Le vamos a gastar una broma…
-¿Qué clase de broma?

Vi como Dougie cogía un pequeño vaso y me lo enseñaba con una sonrisa traviesa. Cera de depilar.

-Eso le dolera, y mucho… -Avisé, mirando su pecho.
-Pero será divertido. –Me contestó Dougie, cogiendo una cuchara y metiéndola dentro. -¿Listos?

Me eché hacía atrás, alejándome de ellos pero sin apartar la vista. Vi como Dougie ponía la cera sobre una pequeña parte del pecho del batería, mientras Alice, Tom y Mery aguantaban la risa, tapándose la boca con la mano.

Una vez preparados, Dougie estiró. Al momento, Harry despertó y se incorporó rápidamente, empezando a gritar de dolor. Los otros tres estallaron a risas mientras yo me tapaba la boca horrorizada. Aquello le había dolido, y mucho.

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