46.Willy Wonka

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-Levántate a por ellas –Le dije, protegiendo las Popcorn con mis brazos.
-Pásamelas, anda –Me pidió, poniendo cara de cordero degollado y estirando sus brazos para cogerlas.
Dude un segundo. Acabé accediendo, separando mis brazos del bol. Pero nada más separar mis brazos del bol, unas tres manos se hundieron en el. Nada más sacarlas, más de tres cuartas partes de las palomitas habían desaparecido. Mery se abalanzó sobre lo que quedaba, y, con toda la brutalidad del mundo, me las arrancó de mis manos.
-¡Es MÍO! –Dijo con cara de elfo.
Me quedé quieta, analizando aún lo ocurrido en tan solo dos segundos y medio. Aquello era una locura. Estaba sentada con las cuatro personas más locas del mundo, y ahora ya sabía que con ellos no se podía ver una película con palomitas. Miré a Tom. Se habían sentado en la butaca y miraba callado la película. Seguramente ya estaría más que acostumbrado a situaciones así que, para mí, aún resultaban lo más extraño del mundo.
Volví hacía Mery. Golpeaba la mano de Dougie cada vez que se intentaba acercar a sus Popcorn, así seguidamente. Cuando el bajista se rindió, pude ver una mano roja llena de escozor de parte de Dougie.
-Ten, pesado.. –Acabó accediéndole Mery, dándole un pequeño puñado.
-YO QUIERO. –Gritaron Harry y Danny, extendiendo las manos como si pidieran limosnas.
-Son mías, repito. –Dijo con superioridad, volviendo la cabeza tan de golpe que hizo que le crujiera.
Reí junto a Tom. Yo no me había acostumbrado aún a las chiquilladas de Mery, era inevitable. Cada día era capaz de impresionarte con una nueva idea.
Las miradas firmes de los cuatro nos llegaron, mientras mascaban las palomitas que aún les quedaban. Era inevitable, eso nos hizo reír aún más. Pronto alguien detrás nuestra se nos unió, haciendo que Tom y yo calláramos y miráramos atrás. Desi se descojonaba de pie, seguramente sin ninguna idea de lo que estábamos diciendo.
-Lo.. lo siento.. –Dijo entre carcajadas, alejándose con una mano sobre la barriga y la otra en la boca para censurar la risa, que sin remedio, seguía escapándose.
Más silencio. Tan solo se oía la televisión y a las chicas charlar en la cocina. Miré a Mery, pero mi vista no pudo cruzarse con una más cercana. La de Danny. Se encontraron, haciendo que yo la quitara rápidamente y volviera a mirar a la pantalla. No me iba a quedar mirándole como una idiota. Yo seguía siendo igual de cabezota, y estaba segura de que seguiría así hasta que no pudiera más.
Después de notar la mirada Jones, en la película, volvió a sonar una de las otras canciones de Willy Wonka. Volví a mirar a Mery. Ella empezó a mover la cabeza en el ritmo de las canciones, de lado a lado. Luego, le seguió Dougie animadamente, solo que uniendo su cuerpo al ritmo. Los miré atónita.. menudo par de imbéciles. Pero aquello no acabó allí. Harry les siguió poco después, y por último, como no, Danny. Miré a los cuatro con cara, (seguramente) de idiota (O__O). Siguieron moviendo la cabeza conforme la canción, sin despegar la vista de la pantalla. Me quedé observándolos hasta que acabaron, y luego ellos me miraron como si nada pasara. Escondí los labios, y mirando al suelo, me levanté para irme de allí.
Me fui a la cocina, donde las Gio, Desi, y Camden preparaban la que se suponía que era la cena. Nada más entrar allí, las tres me miraron. Pronto, Gio me sonrió y dio un pequeño suspiro.
-No se suele aguantar mucho cuando te quedas sola con aquellos cuatro. –Sonreí con ganas. -¿Qué idiotez han hecho ahora?
-Se han puesto a bailar con la cabeza la canción de Willy Wonka.
-¿Algún día madurarán? –Pensó Alice en voz alta, abriendo la nevera y empezando a buscar algo.
-No, creo que no. –Le respondí yo con gracia.
-¡CHICAS! –Exclamó la castaña de la nevera.
-¿Qué?
-¿AQUÍ NADIE HA IDO A COMPRAR?
-Tenía que ir… -Dijo Camden, empezando a señalar con el dedo primero a Gio, luego a ella mismo, luego al suelo.. –Merda..
-Quien va.. –Preguntó Gio, acoplándose en el mostrador.
-Ellos –Dijimos Alice, Camden y yo al mismo tiempo, señalando el salón.
Los cuatro atontados se dieron la vuelta al oír el pronombre y preguntaron con la mirada. Después de que Gio se lo explicara, ellos dieron un largo suspiro, dejándose caer más sobre sus asientos y dando largos suspiros.
-No vamos.. –Dijeron con tono cansados.
-O se levantan o se quedan en ayunas. –Les amenazó Alice, poniendo cara de póker.
Nada más esta hubiera soltado la advertencia esa, los cuatro se miraron con miedo.
-Ya vamos.. –Habló Tom por todos ellos, mientras se daban los últimos suspiros.
-¡Ah, por cierto! –Dijo de pronto Mery, llamándonos la atención a todos. –Habrá que preparar el cumpleaños de Laia..
La miré con cara asesina. Ya lo había largado, como siempre.
-¿El cumpleaños? –Preguntó Dougie, levantándose por fin.
-Sí, es mañana, día 24 de Febrero, cuando a las 14 y 30 de…
-Mery, cállate ya. Ya sabemos que lo sabes TODO sobre mí. –Le avisé de mala gana, levantando las cejas y volviendo a entrar en la cocina para que al menos dejaran de mirarme.

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