67.Muy buenos días.

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-¿Entonces, cuála? –Preguntó, enseñándonos las carátulas de los DVD.
Todos nos miramos dudosos. Según parecía, nadie tenía ganas de ver ninguna de aquellas películas.
-Mejor vamos a dormir ya. –Contestó Harry a Mery, de parte de todos. Nosotros asentimos.
-Pero ahora me apetece ver Disney. –Insistió ella.
-Tenemos sueño, Mery. –Le dije, entregándole de nuevo los DVD. –Si quieres verlo, míralo tú. –Le di un besito de buenas noches para que no se enfadara.
-Pero quiero compañía…
-Jeremy, mira la película con ella. –Le pedí, acoplándome en el saco.
Ella bufó, pero acabó rindiéndose. Se metió en su saco y se puso, como dijo, entre Tom y Alice. Pude notar una mirada asesina de parte de Alice a Mery, quien ya había cerrado los ojos y ponía cara de ángel.
A mi lado estaban Camden y Harry. El batería reaccionó. Cogió de la punta del saco, donde debían estar los pies de Mery, y la estiró hacía el, dejando que Alice y Tom quedaran enfrente. La castaña arrastrada empezó a reírse como una tonta cuando la estiró.
-Calla. –Le pedí cansada. Cerré los ojos.
Algo me rodeó. Al abrirlos de nuevo, Mery me había abrazado, y me miraba suplicante.
-Dame el besito de buenas noches. –Me pidió, poniendo la mejilla a mi alcance.
-Ya te lo di antes, pesada. –Le contesté, apartando su mejilla de mí.
Ella me miró con odio. Se alejó de mi dando vueltas en el suelo y se colocó lo más cerca que pudo de Harry. El se quedó confuso, mirándola. Poco después, ella le besó en la mejilla.
-El besito, Harry. –Pidió.
El se lo dio. Después, Mery volvió rondando a mi lado, con una sonrisa pura. Me había dejado algo celosa, y no sabía porque. Ella notó mi cara.
-Harry… -Dijo poco después. –Laia también quiere besito de buenas noches.
-¿Qué? –Dije atónica, volviendo a abrir los ojos al instante. -¡Qué va! ¡No dije eso!
Demasiado tarde. El corpulento se había levantado de alguna extraña forma y ya estaba cerca de mí. Me dio el beso en la mejilla, haciendo que mi cuerpo cobrara calor al momento y me pusiera roja de vergüenza.
Mery hizo que volviera a la realidad después de unos momentos de ese beso.
-Ui, no sabía que te gustara Harry. –Me susurró al oído.
-¿Qué? –Volví a decir confundida. –Harry no me gusta.
-Pues menudo color has cobrado cuando te a dado el besito. –Dijo con cara de pícara y aguantando la risa.
-No inventes… -Volví a cerrar los ojos. –Además, yo tampoco sabía que te gustara Jeremy.
-Supongo que es lo mismo... estamos más o menos igual. –Me acabó diciendo. Pocos segundos después, logré dormirme.



-Hey, Laia, despierta… -Me susurró una voz ronca al oído. Desperté al momento.
Danny me intentaba despertar, agachado y agitándome un poco. Sentí un poco de vergüenza. Ninguna mujer tiene buena cara al despertar.
-¿Qué pasa?
-Levántate y ven conmigo. –Me dijo, estirándome una mano para ayudarme a levantar.
La acepté. Me puse de pie de un tirón. Le seguí y salí de la sala, donde ya no había nadie. Pude encontrarlos a todos luego, mirando con atención por la ventana.
-¿Qué pasa? –Pregunté, intentando ver lo que había fuera.
Me chistaron para que me callara. Harry me dejó paso para que pudiera ver. La imagen que vi me impresionó, la verdad.
Mery y Jeremy se achuchaban a lo lejos, con ganas. Después de ver aquello, busqué a Dougie con la mirada. Quería ver como se sentía. Lo vi intentando ver por encima del hombre de Tom, aunque le resultaba un poco difícil  ya que el rubio del hoyuelo era más alto que el. Su cara me impresionó aún más que la acción de los otros dos. Se le veía feliz, por así decirlo. Tenía una pequeña sonrisa en la cara. No sabía si era pura o no, pero la tenía.
-Deberíamos dejarles intimidad. –Opinó Alice, y todos asentimos.
Seguimos allí parados, sin apartar la vista de los dos. Al rato pararon, y, por desgracia, divisaron nuestras mirada. Mery dio una patada al suelo y empezó a caminar deprisa hacía la puerta, con cara de loca perdida.
-¡Cotillaaaaaas! –Chilló nada más abrir la puerta.
Todos echamos a correr, atemorizados. Sin pensarlo, nos separamos. Seguía a Alice, Danny y Camden al piso de arriba por las escaleras y nos escondimos en la que parecía la habitación de Danny. Nada más cerrar de un portazo, apoyamos las orejas en la puerta. Poco después, Mery comenzó a chillar. Había pillado a alguien.
Abrimos la puerta para espiarla. Nada más pudimos ver, observamos como Mery cogía del brazo con fuerza a Dougie, quien gemía de dolor.
-¡Erees un cotilla! –Chilló, doblándole el brazo. -¡Basta de meterte por medio! ¡Reza por que no te rompa la cara de una bofetada ahora mismo, porque te la dejaría peor de lo que…!
No pudo acabar. Dougie le mandó un rápido y breve beso. Ella cesó sus chillidos al momento, perdiendo la mirada y quedándose de piedra.
-A todas les funciona… -Dijo el, soltando su brazo de su mano y poniendo cara sexy, levantando una ceja.
Nada más ella oyó esto, le miró. Movió su pierna como si fuera a golpear una pelota de fútbol y levantó su pierna rápidamente hasta las partes de Dougie. Nada más le dio, el acurrucó sus piernas y se calló al suelo debido al dolor. Sin decir nada más, echó a andar de nuevo a la calle.

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