42.Necesidades.

|
Después de contarle todo a Georgia, acabó reaccionando bien. Olvidamos el tema y nos fuimos a sentar a una mesa lo suficiente espaciosa como para queentráramos. Mery, Harry, Dougie, Georgia, Danny, Alice, Tom, Facu, Gio, Jere, Camden y yo. Estábamos sentados de ese orden.
-Cuanta gente –Comentó Camden, contando a cada uno de los doce.
Nadie hizo caso a su comentario. Cada uno seguía hablando con quien tenía al lado. Yo y Mery nos dedicábamos a conocer un poco más a Camden.

-Laia.. –Me susurró Mery.
-Qué.
-¿Me acompañas al baño?
-¿Hace falta?
-Sí, tenemos que hablar.
Lo pensé durante dos segundos. Acabé asintiendo y levantándome con ella, mientras contestábamos a las preguntas de los demás que donde íbamos. Caminamos hacía la puerta, y me quedé parada allí. Mery me estiró para que entrara con ella al único lavabo que había para mujeres.
-No me dejes, que aquí entra la gente sin llamar. –Me pidió. –No hay pestillo, y temo por miintimidad.
-¿Y no te vale que espere fuera?
-No podríamos hablar..
-Es que yo no me siento cómoda hablando con alguien que esta haciendo sus necesidades. –Le dije, soltando una risa al ver su desesperación por ocupar de una vez su trono.
-Pero no te vayas, y cuida la puerta.
Me echó fuera, cerrando la puerta de un portazo. Me apoyé sobre ella y me puse a mirar hacía delante. Había bastante gente en la barra, que la tenía delante. Los camareros tan solo iban con los pedidos a cada mesa, y alguna que otra persona intentaba pedir las bebidas. Como no, vi acercarse a Danny. Se dirigió a la barra, y posó durante medio segundo la vista en mí. Luego la quitó, sin dirigirme palabra y intentando llamar algún encargado.
-Hola eeh. –Le critiqué de broma.
Volvió a mirarme un segundo más, y, al igual que antes, apartó la vista sin decir nada.
-¿Qué te pasa? –Le pregunté, quitando mi respaldo de la puerta y poniéndome un poco firme.
-¿A mí? Nada. –Me contestó con ironía.
-¿Te has enfadado?
No contestó. Seguía intentando llamar la atención de algún camarero. Su silencio me lo tomé como un sí.
-Yo no tengo la culpa de que Georgia se haya enfadado al principio un poco. Además, ya se le pasó, lo olvidó.
-Ah no, que va. –Se giró de golpe y me miro con cara de enfado, manteniendo su tono irónico. –Encima no tienes la culpa ¿no?
-Yo no me auto-invité para que saliera del bar y dejara a Jere y Mery juntos. –Le reproché cogiendo un poco de enfado
Se quedó callado. Pasó de mí, haciéndome una mueca de molestia.
-¡Eres un ignorante! –Le solté, dando un golpe por debajo de la puerta para que Mery saliera. –Si no hubieras largado nada, no te estarías montado estos cuentos tú solito.
Siguió pasando de mí. Mery abrió la puerta de golpe, pero no fui yo la que me sobresalté, si no ella al verme tan apegada.
-¿Qué ocurre? –Preguntó, viendo mi cara de enfado y a Danny.
-Nada, no ocurre nada. –Le contesté, dando mi última mirada firme al pecoso por la nuca. Sabía que las sentía. –Qué Danny debería ser escritor. Se le da de MARAVILLA inventarse cuentos. –Dije con más ironía, resaltando la palabra maravilla.
Mery me miró confusa, pidiéndome que le explicara. Comencé a caminar de nuevo a la mesa. Cuando llegué, me senté de golpe, sin quitar mi cara de enfado. Todos se callaron y me miraron, pero saqué mi móvil y me puse a ojearlo. Cualquier cosa para pasar del tema.
-Laia.. –Me llamó Alice.
-¿Qué? –Dije con voz normal para no cargar mi furia en ella.
-¿Qué te pasa?
-Nada.
Volvieron a quedarse callados, sin nadie más dispuesto a preguntar. Mery me llamaba por abajo, supuestamente para que le explicara lo que me ocurría. Quería contárselo a alguien, pero no allí, a los cuatro vientos.
Me puse en mensajes. Empecé a escribir, con faltas de ortografía, todo lo que había pasado mientras ella estaba en el lavabo. Después, marqué el número de Mery, uno de los que me sabía. A cambio, del mío no tenía ni idea. Luego de copiarlo, apreté la tecla Enviar.

0 comentarios:

Publicar un comentario