63.Noche Jones

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-En realidad Mery es la típica chica pesada, que por alguna extraña razón se llega a hacer amiga e intenta solucionar tus problemas, aunque en verdad, tan solo los estropea aún más. –Dije, acabando con una gran sonrisa.
-Idiota. –Me golpeó fuerte en brazo, haciendo que soltara un quejido. -¿Con que tan solo estropeo los problemas?
-Era una broma, mi amor. –Le dije con cariño.
-Sí, una broma… -Me dijo con desprecio, dándome la espalda y mirando a Vicky. –Bueno, ya me conoces.
-Encantada Mery. –Dijo a carcajadas. –Bueno.. ¿les apetece hacer algo?
-¡Limpiar no! –Gritó Alice, dando un pequeño salto en el sofá y poniéndose alerta.
-No por dios… -Dirigió la vista hacía la puerta de nuestras espaldas y levantó las cejas. –Eso lo tienen que hacer unos que yo me sé.
Todas nos giramos para ver. Cinco monos cotillas asomaban su cabeza por la puerta, intentando enterarse de todo.
-Fuera, cotillas.


Vicky había resultado ser una chica majísima, simpática y encantadora. Hacía sentirse cómoda a la gente aunque no la conocieras, y en unas pocas horas te llegabas a sentir con ella como si la conocieras de toda la vida.
Los cinco acabaron de limpiar a la hora. No era que limpiaran muy bien, pero ya no había tanta suciedad y se podía pasar por los pasillos. La casa Jones resultaba ser más grande de los que parecía. De vez en cuando te llegabas a encontrar alguna foto sobre los muebles de Mcfly en sus primeros tiempos, de actrices famosas, de los perros de Danny…

-¿Les apetece pasar la noche aquí? –Nos preguntó de pronto Vicky mientras cogía un paquete de papas.
Las cuatro, ecepto Camden, nos pusimos perplejas. La chica era generosa y demasiado confiada. Realmente cogía confianza con facilidad.
-Pero.. apenas nos conocemos.
-Y qué. Así podemos conocernos mejor esta noche. –Dijo con tranquilidad, volviendo al salón donde ya se encontraban los chicos. -¿Verdad?
-¿Qué?
-¿A que pueden pasar la noche aquí?
-¿Nos tienen casa propia? –Preguntó Danny con tono criticó, pasando la mirada a su hermana de arriba abajo.
-Repito. –Dijo ella, levantando una ceja y poniéndose seria. –Esta también es MI casa. –Se volvió hacía nosotras, sonriéndonos. –Ala, os quedáis.
-Vicky… -Intentó decir Alice. –No queremos molestar.
-¡Si no molestáis! –La cogió del brazo a ella y a mí. –Además, seguro que los otros también se quedan, ¿verdad?
-¿Hay que quedarse? –Pregunto sin ganas Harry, acoplándose en el sofá. –Está bien.. nos quedamos.
-Bueno… yo será mejor que me vaya. –Dijo Jeremy, pareciendo marginado.
-Venga ya… -Dijo Vicky, echando un vistazo al rubio con la mirada. –Tú también te quedas, guapo.
-Yeyeye guapoo.. –Se burlaron los otros cuatro, mientras Jeremy tomaba un color rojizo en la cara, lleno de vergüenza.


Decidimos separarnos en dos. Hicimos un grupo de chica, para hablar de nuestras cosas, y nos fuimos a una sala llena de juegos para tener intimidad. Por otra parte, los chicos se quedaron en el salón, hablando de cualquier locura que pudieran pensar.


-Tengo sed. –Dije a mitad del debate sobre quien era nuestro ídolo. Ganaba Bob Esponja por mayoría.
-Y todas, Laia.
-Mery.. –La llamé. –Ves a por bebida.
-Ves tú.
-Yo estoy cómoda. –Le dije, desperezándome en el sofá en que estaba sentada. –Venga amor, ve.
-Tengo sed… -Empezaron a criticar las demás.
-No voy a ir.. si queréis beber levantaos y…
-MERY, QUE TE LEVANTES Y NOS TRAIGAS BEBIDA O MORIREMOS DESIDRATADAS.. ¡YA!
Se levantó de un salto y empezó a tomar nota con su móvil. Después de saber que quería cada una, salió atemorizada del cuarto y se dirigió al salón. Cinco monos con pelos se reían con bastantes ganas.

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