19.Party

|
Empezaba a sentirme mal. La cabeza me daba vueltas y más vueltas, y la música tan alta me destrozaba los oídos. Me había dejado llevar bebiendo demasiadas bebidas alcohólicas, y mi cuerpo aún no estaba acostumbrado. Necesitaba que me diera el aire, así que decidí salir fuera. Me costó encontrar la puerta, ya que con la gente y mi estado, era difícil hallar algo. Salí y pude notar el aire fresco en la cara. Olía a recién llovido, húmedo, un olor que me encantaba. Me acerqué a la pared de la casa y toqué el suelo. Seco. Me senté y cerré los ojos. La música había disminuido y mi cabeza comenzaba a descansar.
Oí la puerta abrirse, y recé por que fuera alguna mujer. Escuché como los pasos se acercaban a mí, hasta que llegaban a mi lado. Aspiré el olor… colonia de hombre. Noté como se sentaba a mi lado. No abrí los ojos.. me pesaban demasiado.

Alice buscó con la mirada a Laia, pero allí no estaba. La dirigió ahora hacía la mesa llena de bebidas, donde también se encontraba Tom. Caminó con miedo hasta allí y se sitió al lado del rubio, a sus espaldas. Alice inspeccionó las bebidas, pero, no le apetecía ninguna fuerte ahora. Divisó las cervezas, y estiró la mano para intentar alcanzar una. Cuando la cogió, no pudo evitar que se le resbalaran de las manos y cayeran encima de la mesa, que por suerte, en aquel sitio no había ninguna botella de cristal. El rubio se percató de la presencia de la castaña, y esta cogió rápidamente la bebida.
-¡Alice! –Exclamó Tom. -¿Qué tal la fiesta?
-Muy divertida.. –Consiguió decir esta, mientras se le secaba la garganta con rapidez.
Se intercambiaron unas miradas algo inquietas, hasta que el rubio rompió aquel silencio entre los dos.
-Ya sabrás la noticia entre Gio y yo ¿no?
-Sí. –Dijo Alice, mientras se apoyaba en la mesa.
-Resulta un poco duro después de siete años de relación. –Dijo el rubio, mientras agachaba la cabeza.
-Resulta duro aunque solo lleves un mes. –Le animó esta, dirigiendo su brazo a su hombro. Dudó un poco sobre la acción, así que decidió acariciar el codo del chico. –Para nadie es fácil, pero así es la vida. Y aún es más difícil seguir manteniendo una amistad con esa persona.. habéis sido realmente fuertes.
El rubio observó a la castaña, y le sonrió.
-¿Tú crees? –Dijo este, empezando una conversación con la chica. Se sentaron en unos de los asientos que había a unos pocos metros suyos, despreocupándose de las miradas.

-¿Te encuentras bien? –Me preguntó el chico de al lado. La piel se me hizo de gallina y no pude evitar abrir los ojos de golpe. Observé a mi izquierda, donde se encontraba Danny Jones, mirándome mientras alzaba un poco las cejas. Algo pasó por mi estómago al observarle tan cerca.
-Sí. –Dije, intentando no ponerme a toser. Me picaba la garganta, y el sí me había sonado un poco ronco.
-Te vi salir un poco mareada. –Dijo el pecoso, volviendo la mirada a enfrente, con destino a la casa que teníamos delante.
-Me pasé un poco bebiendo. –Le dije, empezando a mirar mis dedos que estaban encima de mis piernas dobladas. Su voz me inspiraba un poco más de confianza.
-No debes estar muy acostumbrada. –Dijo, dando una leve carcajada. –Se te nota.
¿Se me nota? Al parecer, el debía ser un experto. Volví a cerrar los ojos, escuchando tan solo la música lejos de allí y la respiración de Danny. Apoyé mi cabeza sobre la pared, mientras que con una mano me tocaba la frente. Empezaba a tener fiebre.
Noté la mano suave del pecoso coger la mía, que estaba sobre las piernas. Algo me recorrió el cuerpo entero, desde los dedos de los pies hasta el último pelo de la cabeza cuando noté su tacto. Apreté el puño, haciendo fuerza contra mi debido a la emoción. Abrí poco a poco los ojos, y divisé sobre mi mano la de Danny, cogiéndola toda con la palma. Le miré. Estaba con los ojos cerrados, respirando profundamente y embozando una débil sonrisa. Me acomodé un poco más sin hacer el menor movimiento con las piernas, para no darle motivos al chico de que me soltase. No quería que ese momento acabase nunca, absolutamente nunca. Dios, ¿cómo se podía amar tanto a alguien?

Así pasaron los días hasta el viernes. Mamá nos llevó a Mery y a mi hasta el recinto donde se hacía el concierto, muy adentro de Londres. Bajamos juntas del coche, y nos despedimos de mamá. Seguimos el camino, nada más girar una esquina, nos encontramos la peor imagen se puede ver en un concierto. Cola. Rodeaba una calle entera, y aumentaba con intensidad. Nos colocamos rápido al final de ella, mientras nos empezábamos a sentar en el suelo.
-¿Qué te has traído? –Le pregunté a Mery, viendo como colocaba entre sus piernas la mochila que llevaba.
-No mucho. –Dijo, abriendo la cremallera. –Tan solo llevo el nuevo disco de Mcfly, Above the Boise y Radio:ACTIVE. También libreta, para que me firmen. Bolígrafo, 2 camisetas con las caras de Mcfly y cámara de fotos para hacerme todas las que quiera. –Soltó tan pancha, mientras me miraba y embozaba una sonrisa con ganas. -¿Te acuerdas hace años cuando hablábamos de que este concierto ocurriría algún día?
-Sí. –Le contesté. –Y ese día ya ha llegado. Tal vez ya no seamos tan bajitas, pero tendremos que morder a todos quien no nos deje pasar.
Reímos ganas, recordando lo que dijimos hace 5 años. Este concierto, en Londres, y con todo lo que necesitábamos… ¿Quién hubiera dicho que los íbamos a conocer?

0 comentarios:

Publicar un comentario