16.Mal asunto

|



Dirigí mí mirada a Harry, quien cada vez se acercaba más aún. Notaba la mirada de Danny sobre mí, pero no sabía que contestarle. Una vez más, temía ser un estorbo allí, así que no quería molestar. Oí como el castaño de pecas cogía aire para volver a hablar, pero decidí adelantarme.
-Si no molesto a nadie, pues claro que quisiera ir. –Le dije, y miré a esos ojos que tanto me gustaban.
-Bien, todo el mundo se alegrará de verte.
Harry ya estaba a unos pocos metros nuestros, así que Danny comenzó a caminar hasta el coche. Me esperé a Harry, y emprendí el paso con el suyo.
-¿Te vienes con nosotros? –Me preguntó.
-Eso creo. No hay nadie en casa y no tengo llaves así que Danny me a invitado ¿No te importa, verdad?
-No, no, en absoluto. Me parece buena idea, además, le caites bien a las chicas.
-Pero si casi no hablamos.
-Pues hoy hablaréis más. –Dijo, sonriendo y dirigiéndose rápidamente hacía la parte de atrás del coche. –Hoy si que te toca delante.
Corrí para adelantarle y sentarme antes en la parte de atrás, pero no llegué.
-Se siente, -Dijo, embozando una sonrisa malévola. –pero hoy te toca delante.
Negué con la cabeza, y me puse atrás con Harry. Cerré la puerta, empujándole más hacía el medio. Danny se giró hacía nosotros, y nos miró arrugando la frente.
-Cuanto se aman. –Dijo, volviendo al volante y arrancando el vehículo.
Me ruboricé y miré a Harry, quien había pasado del comentario y se intentaba acoplar difícilmente, ya que el coche era demasiado pequeño para el y le costaba moverse dentro. Reí con ganas, viendo como Harry se quedaba atascado cada dos por tres.

[…]

Llegamos otra vez a casa de Tom, y me ofrecí voluntaria para llamar al timbre. Dougie nos abrió mientras se metía en la boca un puñado de palomitas. Seguí al rubio bajito hasta el salón, donde estaba Tom, sentado en el sofá, con los pies sobre la pequeña mesita que había delante.
-Hola Laia. –Dijo, haciendo aparecer su famoso hoyuelo. –Las chicas están arriba.
Señalo con la cabeza las escaleras, y volvió la mirada a la televisión. Empecé a subirlas, mientras Danny, Harry y Dougie se sentaba en compañía de el. Me encontré con un largo y ancho pasillo. Todas las puertas estaban abiertas acepto una, así que supuse que estarían allí. Llamé a la puerta, y oí la voz de Giovanna al otro lado.
-¡Dougie, que pares ya de llamar! –Gritó.
-Emm, no, no soy Dougie. Soy Laia. –Le dije, mientras me largaba a reír.
El picaporte rodó mientras la puerta se abría y se asomaba la cabeza de Gio. Me invitó a entrar, mientras me cogía del antebrazo y me tiraba adentro. Allí estaban Frankie y Georgia, sentadas descalzas en la cama. –Quítate los zapatos. –Me dijo Gio, mientras ella se sentaba en el suelo sobre un cojín.
Me quité las converse y las dejé junto a las otras. Gio me pasó otro cojín y me senté junto a ella.
-Bien, a lo que vamos. –Dijo Giovanna, mientras me miraba. –Estamos confesándonos secretos. ¿Eres de fiar, no?
-Sí –Solté una leve carcajada. –se guardar secretos.
-Vale, bien. –Dijo ahora Georgia. –Por que verás, hay un problema con Gio. –Miré a la rubia extrañada.
-Es que verás Laia. –Habló esta vez Gio, mirándome a los ojos. –Últimamente, Tom y yo no andamos muy bien. Discutimos cada dos por tres por tonterías. Intento evitarlas, pero, no puedo. Me saca de mis casillas. –Confesó, mientras bajaba la cabeza y miraba al suelo.
-Pero tu esto no se lo cuentes a nadie. –Me soltó Frankie, mirándome con desconfianza.
-Tranquilas, no se lo diré a nadie. –Le devolví a la morena, intentando convencerla. –Pero no podemos hacer nada… quiero decir, eso lo deberíais solucionarlo tú y Tom. ¿No?
-Y es lo que intentaré hacer, pero solo era para ponerte al día. –Dijo, sonriéndome y mirándome.
-Por cierto Laia. –Me llamó Frankie. –Mañana es mi cumpleaños, y por la noche celebro una pequeña fiesta en mi casa. ¿Te vienes?
-Pero el jueves tendré instituto, no se si podré despertarme.
-De eso no te preocupes. Empieza a las siete, y lo más tarde que pueda acabar sería a las once. Además, Harry también tiene y asistirá.
-Pues, vale, sí. Pero tendré que irme pronto.. no tengo regalo.
-No me hace falta regalo. –Rió.-Además, Harry y Tom me contaron que les ayudaste en el suyo, así que eso es lo máximo.
Le agradecí la invitación y se la acepté, mientras le dedicaba una sonrisa.
-Oye Laia… -Me llamó Georgia. Observé a la rubia con un poco más de odio, ya que al fin y al cabo, era la novia de Danny. -¿Estás saliendo con Harry?
-Noo. –Le contesté, sorprendiéndome. –Tan solo somos amigos.
-Bueno, si, todas decimos eso al principio. –Dijo Frankie, observándome con mirada pícara. –Es muy difícil no sentirse tentada por Harry.
-¡Frankie, por Dios! –Le gritó Gio. –¡Que nos atraiga no quiere decir que le queramos!

0 comentarios:

Publicar un comentario