34.Smile

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-¿Habéis quedado los tres juntos? –Me preguntó Danny, apartando la mirada de aquellos dos y posándola en mí.
-En realidad Jeremy había quedado solo con Mery, pero ella me pidió que la acompañara.
-Pues creo que se deberían quedar solos, así hacen más amistad. –Me dijo, volviendo la mirada a la ventana. Mery y Jere habían dejado de ver, y ahora charlaban tranquilamente.
-Mery no va a querer que la deje sola. –Musité, soltando una leve carcajada.
-Vente conmigo a dar un paseo entonces.
Me quedé callada, mirando de golpe al chico. Éste me miraba con una débil sonrisa, mientras yo evitaba no ponerme como un tomate. Volví la mirada a la ventana, y veía a Mery reír con ganas junto a Jeremy. No estaría mal… ellos dos podrían hablar tranquilamente y yo sería la mar de feliz me dije, y le asentí a Danny con la cabeza.
-Pero díselo tú, que a mi me va a decir un No fijo.
-De acuerdo. –Me dijo, y me tendió el Starbuks en la mano. –Aguanta, voy a decírselo. Tienen derecho a ser amigos, con derecho a roce. –Dijo, haciendo que yo me largara a reír ante tal estupidez.
Empezó a caminar hacía dentro del bar, mientras yo le seguía con la mirada y rodeaba aquella bebida con mis dos manos, haciendo que mi cuerpo cobrara un poco más de calor.


-Me siento más cómodo sin que Laia escuche. –Dijo Jeremy, acoplándose un poco más al asiento y observando por la ventana. -¿Dónde está Danny?
La castaña de delante suya frunció el ceño confusa, mientras dirigía la mirada hacía el exterior. En efecto, tan solo se veía a Laia tiritando de frío y sujetando algo con ambas manos. Mery dio media vuelta a su espalda, mirando hacía detrás, y pudo ver entre todas aquellas cabezas que sobresalía, a Danny entrar en el bar.
-¿Va a venir alguien más a molestarnos? –Dijo Jeremy con angustia, dando un fuerte suspiro.
Cuando el pecoso llegó a la mesa, estrechó la mano de Jeremy, mientras le decía a la otra.
-Merydiana, me llevó a Laia, así os dejamos a los dos solos, que estáis mejor.
-¿Perdón? –Dijo la castaña, poniendo cara de ofendida.-¿Cómo me has dicho? ¿Y queestamos mejor?
El chico se acercó un poco más a Mery, bajando su cara cerca de la suya y susurrándole pícaramente.
-Tranquila, ya me lo agradecerás el día de la boda.
-¡Imbécil! –Le gritó esta, golpeándole en el brazo. –Me odia pensó, viendo alejarse al cantante.
Se levantó de golpe, pasando por el lado de este y empujándolo un poco, mientras asomaba su cabeza por la puerta de salida.
-¡Laiaaaa! ¡Acuérdate de que te vienes conmigo a casa, que no tienes con quien irte! –Le gritó a los cuatro vientos, mientras Danny pasaba por su lado para salir a la calle.
-Tranquila, la llevo yo… a ti que te lleve Jeremy. –Dijo el castaño, mirando a la chica con cara traviesa. –Ya os lo pasaréis bien…
-Vete a tomar por culo. –Le dijo esta con furia, cerrando la puerta de golpe.
Se volvió a dirigir hacía su mesa, donde esperaba Jeremy un poco confuso. Se sentó bruscamente, algo ofendida por que su amiga la hubiera dejado sola.
-¿Qué te ocurre? –Le preguntó el rubio.
-¿Sabes que odio a Danny? –Le contestó esta, cruzándose de brazos. –Es un cotilla, y siempre inventa cosas que no son ciertas.
-Pareces una niña pequeña. –Dijo Jere, riendo con ganas ante la imagen que daba Mery.
-Y tu un marginado riendo solo. –Le soltó ella con descaro, mirando por la ventana.
Jeremy levantó las cejas sorprendido, mirando a la chica incrédulo ante aquella respuesta. Quitó por un momento aquella faceta, y puso las manos sobre la mesa para impulsarse al levantarse. La chica temió haberla fastidiado, temió haberle ofendido o haber estropeado aquel momento con algunas de sus chiquilladas.

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