90.

|
Dougie detuvo el impulso que tuvo Danny de golpear a Harry. El batería salió de la casa, dejando a Doug sujetando aún al pecoso y a Desi atónica ante lo que acababa de presenciar.


-Creo.. creo que será mejor que me vaya. –Dijo un poco avergonzada Desi, levantándose del sofá y cogiendo su bolso.
-Creo que sí. –Dijo Danny con tono enfadado. –Y tú también Doug.
-Yo me quedo Danny. –Dijo el bajito cruzándose de brazos y mirándole con cara de póker.
-Enserio Dougie; ahora mismo necesito estar solo. Además, necesitas llevar a Desi a casa. –Dijo empujándole hacía la puerta y echándole fuera. –Y.. gracias… supongo. –Finalizó no muy convencido de lo que acababa de decir y cerrando la puerta.

El bajista suspiró. Caminó junto a Desi hasta el coche, sin decir palabra y abriéndole la puerta a la castaña. Antes de entrar al vehículo, echó un vistazo a su derecha e izquierda. No se veía a Harry por ninguna parte, ni a lo lejos siquiera.




El batería paró de correr y se apoyó sobre sus piernas, intentando volver a recuperar el aliento. Cerró con fuerza los ojos, le escocían debido al frío y cansancio que tenía, y el aire le daba de pleno. Levantó la vista intentado encontrar a su novia entre los bancos.

-¿Laia? –Preguntó elevando un poco la voz y dándose la vuelta para encontrarla.

Sacó del bolsillo delantero del vaquero su móvil y buscó el número de Laia. Esperó que diera señal hasta que pudo oír detrás suya la canción que tanto conocía de I wanna hold you,justamente la que tenía su novia de tono de llamada. Dio media vuelta aún sin colgar e intentado descubrir de donde venía aquella música. Pudo ver, no muy lejos de allí, la caballera de su novia, cabizbaja y sentada a los pies de un árbol y apoyando sus manos sobre sus rodillas flexionadas. Se acercó a ella con cuidado.

-¿Laia? –Preguntó encorvándose un poco.

Ella levantó la cabeza y con los ojos entrecerrados debido al sol, le regaló una débil sonrisa a Harry de saludo. El batería se sentó a su lado y la observó. Ella, por otra parte, miraba al frente. Tenía pinta de cansada.

-Danny ya se dará cuenta de la razón que tienes, tranquila.
-No Harry, me da absolutamente igual. –Echó un vistazo a su novio. Él pudo observar como tenía los ojos rojos. –Paso ya de Danny Jones.
-¿Cómo que pasas ya? –Dijo soltando una risa algo forzada. Aquello no le había sonado muy bien.
-Pues eso, que paso. Me da igual ya todo lo que haga. Como si se quiera operar de un pulmón. ¡Que haga lo que quiera! Yo no me molestaré en preocuparme más por él.
-Bueno, es normal que te preocuparas por él. Es tu amigo, Laia.
-No lo entiendes Harry, no lo entiendes. –Dijo ella negando con la cabeza.
-¿Qué no entiendo?
-A lo que me refiero.
-Pues entonces explícamelo.
-Si lo hiciera, te enojarías conmigo o algo así… -Dijo ella insegura de decírselo.
-Sabes que jamás me enfadaría con tigo. –Dijo cogiéndola de la mano y dándole confianza. –Confía en mí, por favor.

Laia dudó por unos segundos. Finalmente, acabó optando por contárselo. Suspiró preparada para como pudiera reaccionar Harry, y explicó por fin.

-¿Te acuerdas hace tiempo, cuando me preguntaste en el bar que McGuy era mi preferido? –Él pensó unos segundos hasta que asintió acordándose. –Pues verás.. mi McGuy preferido era.. Danny.

Se quedó parado, sin mover ni un músculo. Segundos después, que a mi me parecieron minutos, frunció el ceño. Me miró confuso, expresando una faceta de enfado y preocupación al mismo tiempo… era confuso.

-¿…Era…?
-¡Sí! Exacto, era. Ahora ya no lo es, te lo juro.
-¿Desde cuando dejó de serlo?
-Hará meses…
-¿Antes o después de que tu y yo comenzáramos a salir?
-Antes, Harry.

Después de unos segundos más sin decir nada y con el ceño fruncido, se levantó. Caminó unos pasos sin irse lejos. Creí que se había enfadado, que se iba sin mí, hasta que dio media vuelta y me ofreció una mano para ayudarme a levantarme.

-Vienes a casa ¿no? –Dijo cogiéndome por la cintura y plantándome un beso. No pude evitar sonreírme.

0 comentarios:

Publicar un comentario